Los estudios científicos independientes
Los
desarrolladores de organismos transgénicos afirman llevar a cabo todos los
estudios pertinentes, ninguno de los cuales ha aportado evidencia científica de
daño a la salud humana. Los riesgos potenciales que se enunciaron anteriormente
han sido descartados. Sin embargo, muchos de los estudios realizados por los
desarrolladores son confidenciales y aquellos que se han divulgado, han
levantado serias críticas de algunos científicos independientes.
En los párrafos
anteriores, se refirieron varios estudios científicos independientes sobre
algunos de los riesgos potenciales de los alimentos transgénicos, sin embargo,
estudios formales sobre la toxicidad de estos alimentos se han hecho muy pocos.
El debate sobre los alimentos transgénicos se ha instalado fundamentalmente en
las prestigiosas revistas científicas British Medical Journal, Lancet, Nature y
Science; las publicaciones aparecidas en las mismas, salvo algunas excepciones,
no corresponden a estudios experimentales o evaluaciones originales sobre los
efectos adversos o la potencial toxicidad de los alimentos transgénicos (Roig
D. 2000). De hecho, no existen publicaciones arbitradas sobre estudios clínicos
de los efectos en la salud humana de los alimentos transgénicos (Pusztai
A. 2001)
El Dr. Domingo
Roig, toxicólogo de la Universidad de Tarragona, hizo una revisión
bibliográfica de los artículos científicos publicados desde enero de 1980 hasta
mayo de 2000. En este largo período sólo se encontraron seis estudios formales
sobre toxicidad. Para conocer detalladamente este trabajo, se recomienda
visitar:
Por otro lado, Pryme y Lembcke publican en el 2003 una revisión
bibliográfica acerca del estado de la investigación dentro de la comunidad
científica internacional sobre los efectos en la salud humana a consecuencia
del consumo de alimentos transgénicos. Declaran que existen dos tendencias:
1. Muchos de los estudios científicos independientes encuentran
posibles efectos adversos en la salud humana asociados al consumo de alimentos
transgénicos.
2. Los estudios financiados por la industria biotecnológica
descartan todo riesgo potencial y corroboran la seguridad e inocuidad de los
alimentos transgénicos.
Definitivamente, aún falta mucho camino por recorrer y muchos
estudios por realizar. En este camino, México pone su granito de arena con un
grupo de investigación del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo
en Hermosillo Sonora. Bajo la dirección de la doctora Ana María Calderón de la
Barca, se han hecho estudios de toxicidad en ratas alimentadas con proteína de
soya transgénica. Dichos estudios reportan ciertos efectos adversos en el
organismo de las ratas (Magaña JA, López G, Calderón de la Barca AM.
2006).Este resultado confirma aún más la necesidad de llevar a cabo estudios
más escrupulosos que los que se tiene hasta el día de hoy.
Los análisis de inocuidad
¿Cómo se evalúa
la seguridad de un alimento transgénico? ¿Cuál es el procedimiento que siguen
las instituciones gubernamentales encargadas de garantizar la seguridad de los
alimentos distribuidos en el mercado?
En México y en muchos países se sigue un procedimiento similar al
recomendado por la FDA. El 29 de mayo de 1992, la FDA publica en el Federal
Register su reglamentación sobre los alimentos derivados de nuevas variedades
de plantas:
“Los productos
alimenticios obtenidos de la biotecnología serán reglamentados de la misma
forma que los alimentos convencionales”.
“Los
alimentos derivados de variedades vegetales desarrolladas por nuevos métodos de
modificación genética serán reglamentados en el mismo campo y según el mismo
enfoque que los obtenidos por fitomejoradores tradicionales”.
Esta
declaración es la consecuencia inmediata del principio adoptado, equivalencia
sustancial: “Si un nuevo alimento o un nuevo ingrediente del
producto final es equivalente a un alimento o a un ingrediente existente en el
mercado, entonces el alimento nuevo o el nuevo ingrediente pueden ser tratados
de la misma manera que su contraparte convencional”.
A pesar de las críticas hechas por científicos independientes y en
su momento, por científicos de la FDA así como por miembros de la Comunidad
Europea, el principio de equivalencia sustancial es el que rige los protocolos
de evaluación de la FDA y ha sido aprobado por la Organización Mundial de la
Salud (Constable A, et al, 2007).
La identificación de la "equivalencia sustancial" no es
una evaluación de seguridad en sí misma, sino una aproximación analítica para
la evaluación de un alimento nuevo en relación con uno que ya existe y que
tiene una larga historia de seguridad en su consumo. Al determinar la
"equivalencia sustancial", los elementos críticos que se identifican
son los nutrimentos y las sustancias tóxicas que pudiera contener el alimento
denominado como "nuevo" o "novedoso”.
Con
base en este principio, las autoridades encargadas de verificar la seguridad de
los alimentos transgénicos diseñan protocolos o árboles de decisión que
contemplan los siguientes aspectos (Constable A, et
al, 2007):
1. Análisis caso por caso.
2. Identificación.
3. Aprobación en el país de origen.
4. Historial de uso seguro.
5. Pruebas de alergenicidad.
6. Pruebas toxicológicas.
7. Pruebas de patogenicidad.
8. Composición nutrimental.
El Dr. Puztai, sin embargo, menciona que estas pruebas así cómo los métodos empleados son insuficientes para asegurar la inocuidad de los alimentos transgénicos. Puede revisarse un análisis detallado al respecto en el siguiente enlace:
2. Identificación.
3. Aprobación en el país de origen.
4. Historial de uso seguro.
5. Pruebas de alergenicidad.
6. Pruebas toxicológicas.
7. Pruebas de patogenicidad.
8. Composición nutrimental.
El Dr. Puztai, sin embargo, menciona que estas pruebas así cómo los métodos empleados son insuficientes para asegurar la inocuidad de los alimentos transgénicos. Puede revisarse un análisis detallado al respecto en el siguiente enlace:
En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos
Sanitarios (COFEPRIS) es el organismo encargado de llevar a cabo las
evaluaciones de inocuidad de organismos genéticamente modificados. En la página
electrónica de dicho organismo es posible conocer cuáles han sido los
organismos genéticamente modificados aprobados para consumo humano así como el
protocolo de evaluación adoptado.: http://201.147.97.103/wb/cfp/organismos_geneticamente_modificados
Sin
embargo, más allá de los protocolos de evaluación, la preocupación fundamental
se encuentra en el hecho de que ni la COFEPRIS en México ni la FDA en Estados
Unidos, realizan directamente los ensayos de inocuidad. Es decir, los aspectos
de evaluación enlistados anteriormente se analizan a partir de la documentación
y los estudios entregados por los mismos desarrolladores que buscan introducir
sus productos comerciales al mercado. Ni la FDA ni la COFEPRIS cuentan con
laboratorios propios o un equipo de científicos independientes que lleven a
cabo pruebas toxicológicas, de patogenicidad o de alergeniciad